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miércoles, 24 de septiembre de 2014

Poema a mi barrio, por Carmen Artimendi Palomo





Voy a hablarles de mi barrio,
el barrio de San Pascual.
Yo he nacido en este barrio
y no lo puedo negar.

A este barrio y a otros cuantos
del cinturón definieron
pero aquello se acabo
y ya fuimos madrileños.

Era un barrio tan humilde
como humilde era su gente
que edificaron sus casas
con el sudor de su frente.

No había calles asfaltadas,
el agua se cogía en las fuentes,
ni había colegios privados
como dice ahora la gente.

Pero había dos colegios
que todavía están
La casita de la virgen
y nuestro grupo escolar.

Y así con todo y con eso
iba pasando la vida,
a veces no había trabajo
y se pasaban las fatigas

Pero siempre había un tendero
que su mano les tendía
y les dejaba fiado
aquello que le pedían.

Después cuando trabajaran
entonces lo pagarían
y si así no podía ser
pues Dios se lo pagaría.

Cuando nacía un chiquillo
había también alegría
y el bautizo celebraban
alquilando un organillo
y haciendo una limonada
que todos juntos bebían.

Y por fin llegó el progreso,
hicieron pisos de altura,
hay autobuses y metro,
y recogen la basura.

Pero a pesar de los años
pues casi toda una vida,
hay quien todavía añora
las veladas de verano
que en las puertas se tenían.

Y si alguien, porque es de ley,
le dice adiós a la vida,
también los acompañamos
a darles la despedida.

Así fue y así es mi barrio
y como en el soy nacida
seguiré viviendo en el
hasta que Dios lo decida.




Poema de Carmen Aritmendi Palomo a su barrio, San Pascual.